Inspirado en la última danza de Anna Pávlova, una mujer que convirtió su arte en eternidad. Un alma que vivió con tal intensidad, que su despedida aún flota en el aire.
The Swan comienza como se abre un telón: con un destello puro, una luz apenas nacida.
Hay aromas que no se describen. Solo se presienten. Una nota leve que atraviesa la razón y anida en el pecho.
Una presencia que no se ve, pero que permanece.
De ese instante, de ese fuego, nace un elixir. No como un perfume, sino como una despedida tan bella que se convierte en eternidad.
Un elixir etéreo, con un soplo de mandarina verde, la fuerza luminosa de la flor immortelle y un fondo cálido de cedro, almizcle y ámbar.
Mandarina
Flor immortelle
Cedro
Ámbar
El 7 de octubre, el velo se levantará —y The Swan alzará el vuelo—. Una nueva creación de Botanicae, nacida para quedarse en el alma de quien la sienta.