La luz dorada baña las calles. El eco de la música resuena entre tabernas y fachadas de azulejos que han visto pasar el tiempo. El aire trae el susurro de una nostalgia que no pesa, sino que inspira.
Lisboa.
Un abrazo irresistible de caramelo tostado y chocolate blanco envuelve un corazón floral de jazmín, sutilmente afrutado con pera.
Una sensualidad que se ve prolongada por vainilla y almizcle en una composición dulce, profunda y elegante.
Altas: Caramel Custard
Medias: Jazmín, Chocolate Blanco, Pera
Base: Vainilla, Ambrox, Almizcle